¿Frío, tibio o caliente?
- Ramonchy
- Feb 11, 2019
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Apocalipsis 3:15-16 ha sido utilizado por la iglesia para sostener que a Dios se le obedece completamente o no se le obedece nada, condenando una posición intermedia sin considerar que somos seres vulnerables y débiles, sin embargo, las palabras de la comunidad juanina en boca de Jesús tenían otro mensaje que se entiende solo a la luz del análisis geográfico de Laodicea en el continente asiático.
"Sé tus obras, que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Y por cuanto eres tibio, y no caliente ni frío, estoy por vomitarte de mi boca." (BTX III). La expresión «sé tus obras», es una traducción del verbo οίδα (oída), cuyo sentido es un conocimiento intuitivo, es decir, que no se deriva de lo que es externo, sino de lo interno. Cuando el Señor dice «sé», significa que hay plenitud de conocimiento y percepción de las cosas, utilizado excesivamente en los libros adjudicados a Juan.
Es un verbo deponente, es decir, es un pretérito perfecto traducido como presente, pero el tiempo presente en griego tiene una idea distinta al español, pues no se limita al "aquí y ahora", sino que es una acción ahora y continua, de modo que el Señor tiene intuición o percepción de las obras de todas las comunidades de fe, cada grupo que invoca su nombre o representa al Señor de algún modo u otro continuamente, y esto, por el uso del verbo οίδα (sé) en cada una de las siete iglesias (número de perfección) sin importar que un grupo o comunidad de fe este siendo de su agrado o no, su visión esta sobre ella.
ψυχρός (psichrós= frío), ξεστός (xestós= caliente) y χλιαρός (chliarós= tibio) son tres adjetivos importantes aquí. "Psichros" es un frío tan intenso que puede llegar a la congelación (leer Eclesiástico 43:20, libro deuterocanónico); "xestós" es una ebullición (hervir) y "chliarós" es muy misterioso porque se registra esta única vez en el Nuevo Testamento y nunca en la Septuaginta (Biblia griega del Antiguo Testamento). Cada una de las palabras antes descritas representaban un problema en Laodicea, y es que al estar necesitada de un buen acueducto subterráneo, de modo que tuvo que usar uno de los romanos y negociar con ciudades como Hierapolis y Colosas para que les transportaran agua ya que Laodicea estaba localizada entre ellas (ver mapa).

Desde los manantiales de Colosas se le transportaba aguas puras y frías, pero llegaban tibias a Laodicea porque estaban a nueve kilómetros; desde los manantiales de Hierapolis se le transportaba aguas curativas que eran calientes, saturadas de minerales que perdían su calor gradualmente, de modo que antes de llegar a una cascada (150m= 492,126p) para que finalmente Laodicea las recibiera, ya estaban tan tibias que producían náuseas; era un conflicto que afectaba a sus visitantes. Según el exégeta Blaiklock, eran unas aguas contaminadas con alumbre con las que los viajeros tantas veces habían buscado calmar su sed, pero inmediatamente las vomitaban de tanto asco. Así era su religión, vieja y vacía, las personas viven rodeadas de comunidades de fe que son vomitables, ya la gente no se traga el agua tibia que el sistema religioso les ofrece, y es importante comprender que el autor del Evang. Juan expresa este concepto de las aguas en el cap.4, 5 y 6; en el cap.4 hay agua que sacia la sed de los seres humanos, en el cap.6 hay agua viva que es el Espíritu de Dios en el ser humano, pero en el medio (cap.5) hay agua muerta, estancada.
Ojo con eso porque sabrás que si dejas un galón o una pecera marina sin movimiento esa agua se estancará y producirá un mal horrible. Lo antes mencionado explica la expresión «estoy por vomitarte de mi boca», es decir, la comunidad de fe tenía enferma a Jesús. Algunos exégetas como Hermer, Rudwick y Green también afirman esta posición.
A resumidas cuentas, el mensaje de esta palabra es que si la comunidad de fe o nuestra sociedad no es tan fría como para dar refrigerio a la gente cansada ni tan caliente como para sanar a la sociedad enferma, su servicio es inútil y al Señor le aqueja su inactividad. Se ha intencionado construir más templos o comunidades de fe, pero la sociedad no necesita una iglesia más como las aguas de Laodicea buena para nada que solo enferma a la gente que muere de dolor. Si con este texto alguien sufre acusación de tener "un pie adentro y otro afuera" en base a la interpretación tradicional del primer párrafo, podrías responder: «tibio eres tú, que no aportas bienestar a la sociedad». Por otra parte, se puede reinterpretar (relectura) el texto desde un ángulo ecológico porque hay muchas sociedades concentradas en el progreso en clave materialista, pero estan olvidadas de los recursos naturales como le sucedió a Laodicea.
Tienen sus aguas contaminadas, y como dijo el teo-ecologista #L_Boff: «La teología en perspectiva ecológica sitúa en el mismo plano al ser humano y a la naturaleza. Ambas son creación e imagen de Dios». Este teólogo escribió en su libro "Ecología: Grito de la Tierra" (pág.111-112): «El ser humano puede ser el Satán de la Tierra, él que fue llamado a ser su ángel de la guarda y celoso cultivador. Ha demostrado que, además de homicida y etnocida, puede transformarse también en biocida y genocida». Estos son recursos que no son renovables, sino que se agotan, y puede resultar en una crisis humanitaria. La madre tierra es un ser que sufre y que necesita ser salvada...
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