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Cuando los lobos se visten de ovejas

  • Writer: Carlos Irizarry
    Carlos Irizarry
  • Nov 9, 2018
  • 7 min read

¿Justicia a legalidad?


¿Lo que es legal, es justo? No sé si alguno de ustedes se ha hecho esta pregunta, pero al menos yo me la hago casi a diario. No es la pregunta más común del mundo pero es una necesaria. Y casi siempre me hago esta pregunta cuando ocurren cosas como los hechos del día de hoy. Para los que no se han enterado, la legislatura del país aprobó el famoso proyecto de renegociación de la deuda de COFINA. Esto lo que significa es que aprobaron que el puertorriqueño tenga que pagar más impuestos por un periodo de 40 años para pagarle a los bonistas dos, tres y hasta cuatro veces más de lo que invirtieron en bonos. 


Para colmo de males, un grupo de alcaldes viendo cómo “se está batiendo el cobre” con la junta de control fiscal y otras cosas, presentaron un proyecto de pensiones especiales vitalicio (75% de su sueldo actual) para poder retirarse temprano con una famosa pensión Cadillac. Irónicamente, la mayoría de maestros, policías y otros empleados públicos no tienen ese mismo beneficio. ¿Por qué? Pues, sencillamente por proyectos como los de COFINA que prefieren pagarle a los amigos del gobierno de turno y cubrir no las necesidades básicas de su país incluyendo el sustento de ancianos como mis suegros, mi madre y otros, que trabajaron toda la vida para tener que retirarse con una miseria de pensión de un 40 o 50% de su sueldo actual. 


Como si eso fuera poco, sometieron otro proyecto para que en la posición vacante del alcalde que se retire con esta pensión especial, se queden sus hijos dirigiendo al pueblo. Esto parece un chiste de humor negro. No solo saltan todo tipo de ética profesional, sino también todo tipo de proceso democrático de elección. Quieren implementar un tipo de gobierno monárquico en sus municipios como en tiempos medievales.


Ante situaciones así, renace mi pregunta ¿Lo que es legal, es justo? No siempre, no necesariamente. Mientras familias son divididas por la escasez de trabajo y migración hacia los Estados Unidos, estos “candidatos morales”, gente que se vendió en sus campañas electorales como “gente de Dios” y “cristianos” están despedazando al país proponiendo leyes que no benefician a nadie, solo a ellos y algunas personas de su familia. Me duele ver como la ley es doblegada y moldeada a la necesidad de unos pocos. Y que curiosamente esos pocos son los mismos que crean y ajustan las leyes, dependiendo su necesidad. Tienen en poco el privilegio de haber sido escogidos por el pueblo para representarles y así de esa manera tan asquerosa y maquiavélica les pagan al pueblo.


Ahora, como dicen en mi campo adjunteño, ¿Qué puedes esperar de un burro? ¿Un beso o una patada? ¿Qué podemos esperar de personas que rifan su fe al mejor postor? ¿Qué podemos esperar de personas que ajustan sus valores y creencias en base a sus deseos de poder? ¿Qué podemos esperar de personas que “abrazan” la fe cristiana cada 4 años? ¿Qué podemos esperar de personas que utilizan la figura de Cristo como amuleto de la suerte? ¿Qué podemos esperar de personas que utilizan la fe de las masas, muchos de ellos ignorantes, para alcanzar una posición política solo por amor al dinero? 


Uno de mis predicadores favoritos dijo una vez “Quien le sirve a Dios por dinero, es capaz de servirle al diablo por un mejor salario” – Charles Spurgeon. Y en Puerto Rico, en nuestra isla del encanto, la isla del cordero, tenemos muchos y muchas que le sirven a Dios por unos meses para llegar al poder y luego le sirven a su codicia, a su ambición de poder y a su avaricia. Hasta cierto punto los entiendo, “el cabro siempre tira pal’ monte”. No podemos esperar demasiado de personas que “abrazan” la fe y se disfrazan de “moralistas que defienden la familia” para llegar al poder.

Lo que realmente me indigna es el pueblo común y más aun el pueblo cristiano. No podemos seguir siendo tan ingenuos. La ignorancia de nuestra historia y la ignorancia política nos ha condenado a todos nosotros, a nuestros hijos y nuestros nietos a ser esclavos de leyes injustas creadas para beneficiar a unos pocos lobos disfrazados de ovejas. 


Como pueblo cristiano debemos eliminar ese viejo mito de que “la política es para la gente del mundo”. Por dejarle la política a la gente maquiavélica es que tenemos leyes como éstas que están tratando de aprobar esta noche. Con esto no quiero decir que debemos tener un gobierno teocrático o un gobierno dirigido por la iglesia. No, jamás. Ya hemos visto cómo termina esa historia, por ejemplo: la Inquisición Española entre muchos otros.. Con esto quiero decir que debemos participar activamente de los sucesos políticos de nuestro país. Pero hacerlo con conciencia y con entendimiento, no ignorantes de la historia de nuestro propio país y de otros que han cometido los mismos errores. No hay razón para que en 2018 sigamos ignorantes permitiendo que gente malvada disfrazada de cristianos, moralistas y puritanos sigan tomando decisiones que siguen matando al país lentamente; cuando vivimos en la Era de la Informática donde estamos a un “click” de buscarlo todo en el internet y redes sociales.


Tenemos que entender que aunque Cristo nos advirtió que en este sistema tendremos aflicciones, no es excusa para no luchar por lo que es justo para todos. Escuchamos en muchas iglesias o comunidades de fe que debemos dejar que el mundo siga su curso, que esto está escrito. Sí, está escrito que vamos a sufrir, que se cometerán injusticias en el sistema de este mundo, pero eso no es razón para que las personas que profesan ser cristianos reales (de cada 4 años), no hagan nada para defender lo que es justo en lugar de lo que es legal. Como ciudadanos de este país, nuestro deber es luchar por que se trate a todos de manera justa, siguiendo el modelo de Cristo.


Muchas personas que profesan el cristianismo se consideran conservadores o “de derecha” en cuanto a temas políticos y asumen que Cristo tiene la misma posición política que ellos. ¡Qué ilusos! Asumir que Cristo toma una posición política de derecha o de izquierda por encima de la justicia y la verdad no es otra cosa que ignorancia bíblica. 

Pregúntese donde estaría Cristo ahora mismo si estuviera en Puerto Rico:

· ¿Estaría defendiendo a los alcaldes con ideas monarquistas? ¿O estaría defendiendo los miles de ancianos que se quedan con menos del 50% de sus pensiones?

· ¿Estaría defendiendo que el gobierno siga malgastando dinero en remodelaciones de oficinas, carros lujosos, viajes en helicópteros oficiales para uso personal y que se les sigan dando contratos ridículos a personas corruptas? ¿O estaría defendiendo a policías que dejan la vida en su trabajo cobrando una miseria y ahora sin un retiro seguro?


Si aún defiendes a gobernantes corruptos utilizando el argumento de que ellos son los escogidos de Dios para dirigir al país, tu idea de Dios y de Cristo no es la idea bíblica. Tu idea de Dios eres tú mismo disfrazado de moralismo y religiosidad. 


Si te importa más que el gobierno no apoye el matrimonio gay que lo que te importa que el gobierno no oprima a los pobres, tu idea de Dios está basada en tu criterio y no en la justicia, ni en la verdad y ni en el amor al prójimo. Muchas veces nos hacemos de la vista larga sobre la postura de la Biblia y sus cientos de versículos sobre no oprimir a los pobres, mientras nos enfocamos en algunos versículos para condenar a los demás. Así es fácil llegar al poder, manipulando la Biblia para que diga lo que a algunos les conviene. Si comparto toda esta diatriba o discurso en contra de los abusos injustos del gobierno es porque quiero llevarte a pensar y analizar si realmente nos importa lo que a Dios le importa. Si realmente nos duele lo que a Dios le duele. 


Mi llamado en esta ocasión es a conocer mejor lo que dice la Biblia y a no ignorar lo que en ella encontramos a simple vista. Un mejor conocimiento de ella nos debe llevar a la acción, a buscar una solución que no solo ayude a los de arriba, sino que ayude a los más necesitados. No basta con que ayunen 40 días. De nada les sirve que ayunen 40, 50 o 100 días si su corazón está lejos de Dios. Bien lo dice Jesús citando al profeta Oseas: “Ustedes no han entendido el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios.” Si lo hubieran entendido, no condenarían a quienes no han cometido ninguna falta.”. Como cristianos tenemos una responsabilidad. Es discernir lo que está bien y lo que está mal. Hacer esto es imposible si no estudiamos los dichos y/o acciones de Jesús antes de refugiarnos en candidatos políticos que son afines a nuestra misma mentalidad, llena de moralismo pero vacía de Dios.


Ejerzamos nuestra responsabilidad como ciudadanos. Tomemos decisiones sabias basadas en verdades bíblicas y no en promesas hipócritas en labios de lobos disfrazados de ovejas. Salgamos a la calle. Luchemos con el ejemplo del amor. Seamos cristianos de acción y no de domingos. Seamos cristianos de justicia y no cristianos de la vista larga. Seamos cristianos comprometidos con los sufrimientos de los oprimidos, no “cristianos” de corbata, pantalón o falda. Seamos cristianos de conocimiento bíblico aplicado con amor en la sociedad y no “cristianos” con la memoria llena de versículos pero con el corazón vacío.


Tenemos una responsabilidad como cristianos y como ciudadanos. Esa responsabilidad debe salir a las calles y actuar en base a la justicia y amor de Dios. El Señor mismo nos dice en el evangelio de Mateo 10:16 "Miren, los envío como ovejas en medio de lobos. Por lo tanto, sean astutos como serpientes e inofensivos como palomas."

No tengamos miedo en salir a defender lo que es justo por encima de lo que malhechores han hecho legal.


 
 
 

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